Día: 23 de mayo de 2017

Muere el actor Roger Moore

El actor británico Roger Moore, conocido por su papel de James Bond, fallece a los 89 años en Suiza, donde residía desde hace varios años, tras una corta batalla contra el cáncer. Moore, que también alcanzó gran popularidad gracias a la serie El Santo, nació en Londres en 1927, y participó en varias series televisivas en los años 50 antes de interpretrar a Sir Wilfred of Ivanhoe en la serie Ivanhoe (1958-1959) y a Beau Maverick en Maverick (1959-1961). En 1962 asumiría el que sería uno de los dos grandes papeles de su vida, el de Simon Templar en El Santo (1962-1969). Tras esa exitosa serie, Moore se convertiría en el tercer actor en meterse en la piel de James Bond, después de Sean Connery -y la breve participación de George Lazenby en la saga de 007 con una película-. Moore en total protagonizó siete películas de Bond -las mismas que Connery– y su primera participación fue en 1973 con Vive y deja morir; a las que siguieron El hombre de la pistola de oro (1974), La espía que me amó (1977), Moonraker (1979), Sólo para tus ojos (1981), Octopussy (1983) y Panorama para matar (1985).

Cannes 2017: «24 frames», de Abbas Kiarostami

Entrar en el Gran Teatro Lumière de Cannes para contemplar la obra póstuma de un gran cineasta, tan querido como lo era Abbas Kiarostami; todas las expectativas comienzan a disiparse lentamente, cuando las luces se apagan y la pantalla iluminada desvela el secreto mostrando una precisa declaración de intenciones del director.

Cuando observamos un cuadro, solo vemos la escena que ha pintado el artista. Pero todo tiene un antes y un después”, decía el maestro.

Así que Abbas Kiarostami decidió realizar pequeñas películas de 4 minutos de duración para recrear ese antes y ese después de la imagen esencial. A modo de haikus visuales, – próximas a su film Five– , son 24 piezas que se enuncian como fotogramas, -frames-, una tras otra, con el solo intertítulo en negro que las anticipa. Un compendio de toda la sabiduría del cineasta, poeta, fotógrafo iraní.

Me gusta imaginar a Kiarostami durante la exposición de las Correspondencias que mantuvo con otro gran maestro, Víctor Erice, en el año 2006. En uno de los espacios de la misma, recuerdo una instalación ideada por este último muy emocionante, en la que algunos de los cuadros de Antonio López cobraban vida mediante variaciones en la iluminación de la sala y un abanico de efectos de sonido que recreaban el ambiente sonoro del lugar (la Gran Vía de Madrid o el entorno del membrillero). Era el origen mismo del cinematógrafo. Me gusta pensar que Kiarostami se inspiró en ese instante para realizar este trabajo, aunque ya nunca podré saberlo.

Así, el primer fotograma (Frame 1) es en realidad la imagen del cuadro de Brueghel El Viejo, Los cazadores en la nieve. Gesto premonitorio; lo que parece ser tan sólo un ejercicio bellísimo de reanimación, donde la vida se insufla cada segundo dentro de la imagen inerte de una pintura, es ciertamente el preludio de todo lo que el espectador observará a continuación.

El humo comienza a salir de las chimeneas, la nieve cae suavemente, los animales corretean sobre el manto blanco que recubre la tierra. La banda de sonido nos traslada hasta ese lugar. ¡Qué fuerza magnífica otorga el sonido! No sólo es imagen en movimiento, es también la fabulación a través de la escucha, la emoción de un paisaje sonoro que se constituye mediante la naturaleza orquestada. Imagen-tiempo.

Tras el preámbulo que supone la visión de esta primera película, las siguientes emergen en su mayoría de los paisajes nevados del fotógrafo Kiarostami. De algún modo, al comienzo hay una traslación desde el plano general del cuadro de Brueghel hasta los diferentes planos detalle del mismo, bajo la apariencia de películas. Es decir, ¿qué está sucediendo allí, en el instante mismo en el que los cazadores se aproximan al acecho, de la mano del pintor?

Las imágenes en blanco y negro, tan bellas, cobran vida una tras otra . En el cine de Kiarostami, el artificio está tan elaborado que el espectador puede llegar a creer que se halla ante «una toma de vistas» de las que nos regalaban los operadores de los hermanos Lumière, pero no es cierto. La sencillez aparente de sus películas «naturales«, por denominarlas de algún modo, procede de un trabajo complejo.

Existe una voluntad de conjunto que se desvela con una escucha y una mirada atentas.

Pero en casi todas ellas, películas que conforman un sentido homenaje a los 24 fotogramas por segundo que son el átomo del cine, la acción en off del hombre sobre la naturaleza termina por romper la escena. No aparece una sola figura humana hasta la película número 15-.

Recuerdo el penúltimo film como algo excepcionalmente conmovedor.

Así hasta el último de todos, entre luces y sombras, maravilloso laberinto de ventanas al mundo y declaración absoluta de su amor al cine, y a la vida.

Gracias, maestro. He olvidado cómo se decía en farsi.

Esmeralda Barriendos

Dedicado a Fernando Fuentes

Cannes 2017: «L’Atalante», de Jean Vigo

Se proyecta en 35mm, en la sala Buñuel del Festival de Cine de Cannes,  la versión restaurada de L’Atalante de Jean Vigo, una obra maestra de la historia del cine realizada en 1934, de extraordinaria influencia en todo el cine posterior que aún hoy en día conserva una frescura sorprendente.

La restauración ha sido llevada a cabo por el laboratorio L’Immagine Ritrovata , gracias a Gaumont, The Film Foundation, -la Fundación de Cine de Martin Scorsese– y la Cinemateca Francesa,  con el apoyo económico del CNC (Centro Nacional del Cine), supervisada por el nieto del cineasta, Nicolas Sand.

L’Atalante, que como tantas otras películas, pudo preservarse en Francia por la dedicación de Henri Langlois, -fundador de la “Cinémathèque”-, ha sufrido varias restauraciones y modificaciones a lo largo del tiempo. Con un metraje añadido y recortado por unos y por otros, su título fue incluso modificado por el de Le Chaland qui passe, y la música de Maurice Jaubert reemplazada por otra.

Después de innumerables avatares, ayer se exhibió una copia que según dicen, es la más próxima a la original.

Cuando comenzó la película, entre lágrimas, sentí un profundo resentimiento hacia aquellos que inventaron el cine digital.

Me tacharán de nostálgica o inmovilista, quizás. Hoy ya no existe un debate en torno a los soportes de filmación, el digital partió sabiéndose ganador a pesar de todas sus carencias. Por eso, la sesión de ayer fue un tesoro efímero.

Me gustaría recoger aquí las palabras de Paul Bowles que ayer me recordó un amigo muy querido: “(…)como no sabemos cuando vamos a morir, llegamos a creer que la vida es un pozo inagotable. Y sin embargo, todo sucede un cierto número de veces … y sin  embargo, todo parece ilimitado

¡Qué belleza las imágenes del agua! ¡Y el sueño de los amantes!¡Qué interpretación, Michel Simon!

Volver a ver L’Atalante ayer, tan sencilla y rotunda a un tiempo, en las mismas condiciones para las que fue pensada su exhibición, fue una de esas veces, tan breves, de las que habla Bowles.

Esmeralda Barriendos

Cannes 2017: «Ila Ayn?» de Geoger Nasser

Cannes Classics – Películas restauradas: «Ila Ayn?» de Geoger Nasser

“Ila Ayn?”, cuya traducción sería “¿Hacia lo desconocido?” es una película de Georges Nasser, cineasta emblemático del Líbano nacido en Trípoli en 1927.

Estudió cine en la UCLA en Hollywood y regresó a su país natal con la voluntad firme de realizar películas en un entorno en el que la industria cinematográfica es inexistente.

“Ila Ayn?” fue realizada en el año 1957, y se convirtió en la primera película en representar al Líbano en la Sección Oficial del Festival de Cine de Cannes.

En un pueblo de la montaña libanesa, una familia vive en la pobreza. Un día, el padre los abandona y se marcha a Brasil, el sueño dorado de un gran número de compatriotas. Transcurren 20 años en los que a duras penas la madre ha podido salir adelante con sus hijos. El mayor funda una familia y el segundo está a punto de marcharse a Brasil cuando un anciano harapiento llega al pueblo.

“Ila Ayn?” aborda el tema de la emigración y el exilio, la agonía de residir en un país sin futuro y al mismo tiempo, la crueldad de un exilio que no cumple con sus promesas de un futuro mejor. Auténtica crónica neorrealista, en las películas de Nasser los personajes idealistas rechazan comprometerse y terminan por ser vencidos por un entorno hostil. Son películas de algún modo autobiográficas, a la vista de la vida que tuvo Nasser.

Las películas de Nasser son historias de personas cuyo potencial no se desarrolla: soñadores que no logran alcanzar sus sueños, que deben resignarse a un destino común y doblegarse bajo el peso de la sociedad que les rodea.

Nasser podría haber predicho el destino de un visionario como él en un país como el Líbano.

Georges Nasser situó al cine libanés en un pedestal y, gracias a él, se posicionó fuera de su país. A “Ila Ayn?”, le siguió “El pequeño extranjero” en el año 1962.

Esta doble selección constituye una de las mayores distinciones que una película independiente puede obtener incluso hoy en día. Pese a ello, su obra cayó en el olvido y no ha sido reconocida ni por el estado, ni por el público, ni siquiera desgraciadamente por los profesionales del cine libanés.

El padre fundador del cine libanés es considerado hoy en día como un realizador superado, profesor de la vieja escuela. Salvo algunas raras proyecciones en Beirut, las películas de Nasser sólo pueden verse excepcionalmente, dado que no fueron proyectadas en el momento de su distribución y son unas desconocidas para el gran público de Oriente Medio y del resto del mundo. Las copias de estas películas son escasas y difíciles de encontrar.

“Ila Ayn?” es la única película de Nasser de la que existe una copia completa en 35mm en el CNC (Centro Nacional del Cine, en Francia). No está a disposición de todo el mundo y se ha visto en contadas ocasiones. La idea de una digitalización restaurada, acompañada por un documental sobre el realizador permitirá a los espectadores redescubrir la obra de un cineasta que en solitario puso en marcha la creación de un cine libanés independiente, diferente del modelo egipcio de la época.

(Del dossier de prensa)

Traducción del francés: Esmeralda Barriendos para www.zinema.com

Cannes, día 7: Kawase

Naomi Kawase, presidenta del jurado de los cortometrajes y de la Cinéfondation en 2016, presenta en el Festival de Cine de Cannes su quinto largometraje en competición. Se trata de Hikari (Radiance), donde relata la historia de un encuentro, el de dos almas perdidas y heridas. «Yo creo que en el mundo hay mucha gente que ama el cine, que quiere que acaben las guerras y que el mundo sea más rico, pero las guerras no van a acabar mientras que nosotros vamos a desaparecer de la Tierra y me gusta creer que las películas permanecerán eternamente«, declara Kawase en rueda de prensa, quien añade que por eso quiso dedicar este filme «a todos los enamorados del cine del mundo«. Además, se celebra un evento especial en el que se proyecta 24 Frames, la película que Abbas Kiarostami dejó una película inédita, y en la que cada fragmento se inspira en una fotografía, ampliando cada vez más los límites de un cine poético e innovador hasta el fin. El filme es presentado por su hijo Ahmad Kiarostami. Finalmente, el Festival celebra su 70° aniversario con una gala especial y una sesión de fotos previsa y de excepción en la que reúne a más de un centenar de artistas para la foto de familia: ganadores de la Palme d’or, galardonados, presidentes y miembros de los jurados…