Shame, de Steve McQueen

Shame, 2011, 99 min. (Reino Unido)
Alta Classics
[rating=3]

Dirección: Steve McQueen
Intérpretes: Michael Fassbender, Carey Mulligan, James Badge Dale, Nicole Beharie, Hannah Ware
Guion: Steve McQueen, Abi Morgan
Fotografía: Sean Bobbitt
Música: Harry Escott
Montaje: Joe Walker
Producción: Iain Canning, Emile Sherman

Brandon es un hombre de treinta y tantos años que vive en un confortable apartamento en Nueva York. Para evadirse de la monotonía del trabajo, seduce a las mujeres, en una serie de historias sin futuro y encuentros de una noche. Pero el ritmo metódico y ordenado de su vida se ve alterado por la imprevista llegada de su hermana Sissy, una chica rebelde y problemática. Su presencia explosiva llevará a Brandon a perder el control sobre su propio mundo.

Michael Fassbender se consagra con esta película por la que obtuvo la Copa de Oro Volpi al mejor actor en el Festival de Cine Venecia 2011. Es el segundo largometraje de Steve McQueen, videoartista británico que ha trabajado en distintos sectores del mundo del arte y del espectáculo, tras Hunger (2008), también protagonizado por Fassbender y que narra los últimos meses de Bobby Sands, el militante irlandés del IRA, que para protestar por el tratamiento brutal al que se veía sometido en la cárcel de Belfast, empezó una huelga de hambre que lo llevó a la muerte tras una larga agonía.

McQueen estudió en la Chelsea School of Art y en el Goldsmith College de Londres, donde realizó sus primeras películas, casi exclusivamente mudas y en blanco y negro, entre las que hay que citar Bear (1993), que narraba un breve e insólito encuentro entre dos hombres desnudos; Deadpan (1997), en la que un señor se mantenía de pie en el centro de un edificio que se derrumbaba a su alrededor; y Drumroll (1998), para la que el director montó una cámara de cine sobre un barril y lo hizo rodar por las calles de Manhattan.

Según el director «mi película anterior, Hunger, hablaba de un hombre privado de libertad, que utilizaba su cuerpo como instrumento político y a través de ese acto creaba su propia libertad. Shamese centra en una persona que goza de todas las libertades occidentales y que, a través de su aparente libertad sexual, crea su propia prisión. Mientras asistimos —y nos vamos insensibilizando— a la constante y continua sexualización de la sociedad, ¿cómo podemos orientarnos en este laberinto para no dejarnos corromper por el ambiente que nos rodea? Lo que me propongo es explorar todo este fenómeno que fingimos ignorar, concentrándome en las personas, porque cada persona nos lleva a un contexto y a un lugar diferente«.