Berlinale, día 3: Alain Gomis y Josef Hader

Jornada de transición en la Berlinale con la proyección de Wilde Maus (Wild Mouse), película del austríaco Josef Hader que se centra en un crítico musical de prestigio al que despiden de la noche a la mañana porque sus columnas sesudas no son rentables, lo que le conduce a poner en marcha una venganza personal contra su jefe. Por otro lado, Alain Gomis dirige Félicité, cinta que discurre entre calles, bares y camas de hospital de Kinshasa y muestra una África indolente y desesperanzada, pero en la que emerge como un milagro una precaria orquesta y coro, en medio del caos y la basura omnipresente. «En nuestro mundo, no solo en África, necesitamos urgentemente esperanza. Mi película muestra a personas que luchan en defensa de su dignidad«, explica el realizador franco-senegalés, quien ya compitió en ese festival en 2012 con Aujourd’hui. Fuera de concurso, Final Portrait, de Stanley Tucci con Geoffrey Rush, homenajeado con una Cámara de Oro al conjunto de su carrera. Interpreta a un Alberto Giacometti senil y brillante, y aporta veteranía a una Berlinale cuya sección a concurso ha reflejado la vocación del festival de brindar su pantalla al cine social. En la sección «Panorama», Eduardo Casanova estrena su ópera prima, Pieles, historia de personas físicamente diferentes, obligadas por ello a esconderse, recluirse o unirse entre ellas ante la dificultad de enfrentarse a una sociedad que excluye y maltrata al que se sale de lo que es considerado normal.