Cannes 2017: Génesis del proyecto por Ruben Östlund

2008 marcó la aparición del primer “barrio cerrado” en Suecia, una urbanización protegida a la que únicamente pueden acceder los propietarios con autorización. Se trata de un ejemplo extremo que muestra que las clases privilegiadas se aislan del mundo que les rodea. También es uns de las numerosas señales del creciente individualismo de las sociedades europeas, mientras aumenta la deuda del gobierno, se reducen las prestaciones sociales y la brecha entre ricos y pobres es cada vez más profunda desde hace unos 30 años.

Incluso en Suecia, que sin embargo es reconocida como uno de los países más igualitarios del mundo, el paro creciente y el miedo a ver cómo se debilita el propio estatus social, han llevado a las personas a desconfiar los unos de los otros y a separarse de la sociedad.

Un sentimiento general de impotencia política nos ha hecho perder confianza en el Estado y nos ha llevado a replegarnos sobre nosotros mismos.

¿Pero esta es la evolución que deseamos para nuestra sociedad?

En el curso de mis investigaciones para realizar la película Play, que trata sobre el chantaje entre los niños, observé la incapacidad que nos invade a la hora de ofrecer ayuda en lugares públicos. Los hechos reales en los que se inspira Play tuvieron lugar a plena luz del día en la tranquila ciudad de Göteborg, en centros comerciales, en tranvías y plazas públicas, y los adultos no reaccionaban aunque estos hechos se desarrollaran ante sus ojos.

En psicología social, la inhibición de la propensión a ayudar al otro en presencia de un tercero es conocida bajo el nombre de “el efecto del espectador” o “la apatía del testigo”.

La experiencia ha demostrado que la probabilidad de ayudar a alguien es inversamente proporcional al número de testigos, debido a la “disolución de la responsabilidad” causada por la presencia de varias personas. Sin embargo, se ha probado que la cohesión social puede compensar la indiferencia colectiva.”

Cuando mi padre era joven, en los años 50, las sociedades occidentales mostraban un sentimiento en el que se compartían las responsabilidades. Me contó que cuando tenía seis años, sus padres le dejaban jugar y pasear libremente por el centro de la ciudad de Estocolmo, con una simple medallita al cuello con la dirección en el caso en que pudiera perderse.

Recordemos que en aquella época, los adultos eran considerados como miembros de una comunidad, dignos de confianza, dispuestos a ayudar a un niño en caso de que tuviera problemas, mientras que hoy en día, el clima social no consolida ni la cohesión social ni nuestra confianza en la sociedad.

Por el contrario, vemos a los otros como una amenaza para nuestro hijos. Esta reflexión nos llevó, a Kalle Boman y a mí, a desarrollar el proyecto de The Square.”

* Kalle Boman, nacido en 1943, es productor y profesor de cine en Academia de Bellas Artes/Universidad de Göteborg. A lo largo de los años, ha colaborado con realizadores como Bo Widerberg, Roy Andersson y Ruben Östlund. En 2014, en la Ceremonia de los premios del cine sueco, Boman recibió un premio extraordinario al conjunto de su obra.

Del dossier de prensa del film “The Square” de Ruben Östlund.

Traducción del francés: Esmeralda Barriendos para www.zinema.com