Cannes, día 3: Atom Egoya y Nuri Bilge Ceylan

Nuri Bilge CeylanEl cineasta canadiense Atom Egoyan examina en The Captive la erosión de las relaciones entre los allegados de una niña que ha sido secuestrada. Un enfoque que recuerda al que el director ya había adoptado en El dulce porvenir (The Sweet Hereafter, 1997). Una niña que desaparece repentinamente en el aparcamiento de un «diner» con el asfalto recubierto por una espesa capa de nieve, las vastas llanuras de la provincia canadiense de Ontario: el decorado glacial de El dulce porvenir reaparece en The Captive, su decimocuarto largometraje. Egoyan admite que disfruta imaginando historias que implican al público en la construcción de la narración y que le conducen a interrogarse. En la otra película de esta jornada Nuri Bilge Ceylan regresa a Cannes con Kis Uykusu (Winter Sleep), su séptimo largometraje. Como sucedió con su anterior selección en 2011, el director turco presenta la película más larga de la Competición, tres horas y diecisiete minutos, rodada en las llanuras de Anatolia. La obra se desarrolla en un hotel situado en el corazón de Turquía. Un actor jubilado, su hermana y su esposa observan cómo el invierno se instala poco a poco sobre la estepa. Nieva, hace frío y a medida que una capa de nieve cubre Anatolia, los protagonistas se aíslan. Se desgarran. Según Ceylan «un director debe dirigirse al alma del espectador. Si con mis películas puedo inyectar algún sentimiento en el alma de la gente, eso ya es un éxito«.